"y el teléfono no suena más, ya no soy tan especial"
claro que se me impregnó de inmediato apenas la escuché. y aunque no lo quiera aceptar, muchas veces me siento así; ya no tan especial, a veces llegando sin el tan. y siendo una más, una más de ese montón de esas ellas que van por la vida caminando y cantando canciones y esperando cambios y colectivos. y si me veo deambulando por las calles cuando camino para lugares donde tengo que ir, cosas que tengo que hacer, sobre todo cuando todo se vuelve tan confuso y yo no soy yo y no me siento yo, y veo la gente y no me veo a mi, me esquivo la mirada y veo un flequillo y las ondas que se bambalean de a poco por el viento que las mueve, porque todavía no es primavera pero el sol está lindo igual. cuando deambulo y no me siento yo, me pierdo y me confundo los caminos y viajo en otros colectivos, bajo donde no sé dónde estoy, pienso lo que no sé que es, y me sigo pèrdiendo, y no tengo hora no tengo lugar no tengo sueño, nada más camino y respiro, se me confunden las palabras y no entiendo, no entiendo, y sigo sin entender. pienso en llegar, a dónde no sé porque también es confuso, pero en llegar.
es como me preguntaba anoche, necesito pintar, pero por qué me paro frente al atril, me pongo una hoja en blanco, y no sale nada, no hay nada, no quiere salir, no quiere salir, no quiero salir? es una especie de trabalenguas mental, un laberinto de letras y colores, un espiral de palabras en idiomas que desconozco, no entiendo, no entiendo, y sigo sin entender; es como si nada tuviera o tuviese sentido. no hay motivo, a veces pienso que no hay sueño, expectativa, meta, que no hay nada después de lo que es hoy.
y ves, ves cómo me voy y deambulo sin mirarme entre las letras del laberinto de palabras cromáticas de mi cabeza en espiral?
y no llego a ningún lado; ves, ya no soy especial.