me quedo pensando, un rato, en que estaba de viaje, que llovía, que las gotitas hacían plup, plup, glup, y chocaban con el piso, que también estaba mojado - por suerte, no mucho, sino me iba a asustar - y me chocaban la nariz, chocaban contra mi flequillo y se adherían a él, se pegaban, se sumergían en él; las gotas, glup, plup! y mi cara de luna pensando en voz alta, mis ojos cerrados que escuchaban todo, que veían las gotas; y pensando en voz alta, salpiqué mil cosas de mi cabeza a mis oídos - míos, sí, porque nadie me escuchaba - una y otra vez, corriendo iban y venían, se enfilaban y de cabeza se zambullían. basta de pensar!, pensé, y fui corriendo a buscar la ropa seca, estaba mojada y necesitaba cambiarme, secarme, porque las gotas - ay!, esas gotas! - mojaron todo mi cuerpo, mi ropa, mi pelo, mis alpargatitas, mis cosas, mi yo y mi vos; entonces, seca, caliente, sin frío, cosa increíble, tibio suavestar tan suave que acaricia, que presta un beso, que es y se siente...
tan bien. no había más cafeína, solamente un atado de viceroy, mis párpados que caían, mi boca seca, tan seca que dolía, y ese aroma, ese perfume a nuevo, a de nuevo, a una más. y así, caía de nuevo en un profundo ensueño, las sábanas eran otra cosa, y ese aire... tan cálido como lo soñé.
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