le hablo

explicale al espejo qué es lo que querés que te muestre, mostrale cuánto tardaste en llegar a eso. preguntale, por qué no te deja estar bien, por qué tantas veces pasás y seguís de largo sin mirarlo.
hablale, decile todo lo que pensás. si, ya sé que lo único que te sale son puteadas y lágrimas, que sabés cuán al pedo son. sin embargo, sabés qué? creo que en algún punto te escucha y se ríe de vos, como se ríe de mi, como se ríe de todos esos como nosotros que lo odiamos. porque sabe que lo odiamos, que queremos romperlo en mil trocitos, y que no nos animamos, porque tenemos miedo, porque dependemos de él por más que lo insultemos, lo odiemos, lo querramos romper, porque sino es él, va a haber otro que lo reemplace. porque siempre vamos a terminar en la misma. porque no podemos vivir sin él. y si no es ese va a ser otro. entonces se ríe.

hablale, llorale, pero pedile que te responda, que te diga la verdad, que te haga sonreír, y que te ayude a dejar de pensar en lo mal que te sentís. hablarle al espejo te descarga, hablarle y mirar a los ojos de quien está en frente, ver esos ojos hinchados te puede hacer reír un poco, querés salvarte, querés que te diga algo lindo. esperalo, que ya va a llegar.