treintaytresgrados-

no es muy agradable cuando 'te das cuenta de', y que después te quieras matar por ese 'de'. en un principio, siempre reaccionás mal, siempre. pero al rato seguro que te estás cagando de risa, y no te importa, o sí, pero ya pasó y no es lo mismo, porque lo asumiste y dijiste 'al carajo'.

qué lindo que es poder agarrar y escribir,
o agarrar y dibujar,
o agarrar y pintar,
y hacer una de esas descargas tan lindas que no implican romper cosas.
y que no implica ni una sola lágrima -la mejor parte.

con la mano,
en el aire,
con una lapicera,
en una hoja rayada,
en la agenda de sol,
en un cuaderno,
con un lápiz,
con un pincel,
con un marcador,
en la pared,
en un pedazo de cartón,
en una remera,
con una pluma,
con una microfibra roja,
en una hoja A3,
con un crayón,
con una tijera,
en una pierna,
en un boleto de colectivo,
en la tapa del cuaderno,
en el separador del libro,

por qué cuando estás en esa descarga, lo que tengas de fondo te modifica tan abruptamente? o sea, si estoy escuchando talcosa agarro y escribo cosas re felices, si escucho talotra parece que soy una maníaca depresiva que en cualquier momento se va a suicidar (aunque ni siquiera esté en tal estado de tristeza), si escucho eso por ahi no me importa y digo huevadas, y después las leo y me río, "soy una idiota, pero bueno, debe ser que estoy de buen humor". aunque quizás no esté de buen humor tampoco, sino que no sé.
qué mina idiota.
está bueno cuando sentís que no sentís, sí, está bueno, aunque vaya totalmente en contra de lo que pienso. pero sí, está bueno, porque ya fué, una vez que se va el encantamiento después no tengo que arrepentirme de nada, y así es genial. sino siempre lo mismo, no, basta, no dá. por ahora no me importa. no. y eso. qué lindo que se siente.

me voy a dibujar.