saturación.

a ver si nos ponemos de acuerdo; porque la cabeza y las ganas no están en sincronía. últimamente.
me encantan las ideas, los cruces, las idas, los viajes, pero acá está todo desorganizado, traspapelado, las fechas atrasadas, miro los colores y me siento daltónica, los relojes se frenaron; ves, así no entiendo mucho lo que pasa.
no es que me guste mucho la organización, la sincronía y la repetición rutinaria de las cosas y los días; pero, acá algo evidentemente está fallando. y no sos vos, soy yo; y soy yo, y son mis mambos, y mi mambo; y nada en sincronía, y nado en un mar eterno y sin color, de cosas que juntas no tienen ningún sentido y no llevan a ningún lugar. larala la.
me escondo con miedo, pero me sobreexpongo al mismo tiempo; es tan raro... se torna tan turbio cuando los huesos se salen de nuevo, pero... sí, la sincronía que no sincroniza un carajo de nuevo.
y no, ves que no llegás a ningún lado al final...

qué toca mis manos?

junto boletos, que ahora escribo
y garabateo con caciones
que me hacen sonreír,
o me hacen llorar,
o me hacen bailar,
o me hacen pensar
- el planteo es bueno a veces -
sobre todo, me hacen cantar.

hay un tema de coiffeur
que me gusta mucho
y si lo canto
lo grito;
no puedo no gritarlo...
algunas veces pasa eso, no?
yo sé que sí.

mirar dragon ball no es lo mismo
tomar cerveza no es lo mismo,
menos, padre de familia,
menos que menos, les luthiers.
ni los lucky's convertibles,
ni los miles de gitanes,
ni comer y sentirme bien,
ni dormir y despertar.
cuesta, cuesta mucho,
y mierda, cómo cuesta
dormir sin un ronquidito dulce,
sin una mano
que deambula por acá y por allá,
que es tibia,
que si la agarro, me agarra fuerte,
me hace sonreír,
me cuida,
me llena de colores el corazón (zon zón).

pero sabés algo?
cuando desaparecés,
así, de la nada; y mi expresión
no la entiendo ni yo
creo que está doliendo,
cuando, en realidad...
creo que no debería doler;
sabías, no?
que mi expresión es de dolor?
que, a veces,
es un cuasi-rechazo?
no de mí a vos,
nonono (ó dododo),
es al revés, como mi mundo;
y no sé, por qué,
ese abandono,
ese rechazo,
de vos a mí,
y de mí a mí,
y las ganas,
y las lágrimas,
y las canciones,
y querer cagarme de risa
un rato más
y no tener ganas de llorar,
por algo que no es;
que no fue así,
y que duele, que no tiene que doler.
qué confusa,
la cabeza,
las manos,
que no dejan de aplaudir
que me equivoqué otra vez,
que lloré otra vez,
y otro trago para mí
y nada para vos,
y más de mi mierda
y menos de mis desahogos,
más de mis vómitos
y menos de tus abrazos.

pero, las manos aplauden
y escriben,
pero, dejan de escribir,
porque el sabor es amargo,
y casi, casi
que no me gusta.

mejor, escucho esa canción
de coiffeur,
y sonrío de nuevo,
aunque quiera pensar en otra cosa;
en otra cosa que no sos justamente vos.

es que

sé que me sostiene este color, que complementa las ganas de borrar el espacio de mi cabeza.
no tengo talento; no sé dibujar; no sé pintar; pero amo hacerlo.
incluso, ahora mismo; voy a levantarme y a dar más pinceladas a ese trozo de madera; con ese color que me está sosteniendo justo ahora. justo ahora, que no puedo más. y justo ahora, que es lo único que me levanta con broches, de los hombros del saco. justo ahora que no estás.