hice y deshice tantas veces,
me caí y me levanté
tropiezos con moretones
y sangre y agua y arroz;
qué mal, qué feo olor, qué
cosa.

la gata me mira, andá a saber qué piensa, si le gusta estar conmigo, si le caigo bien; si se siente cuidada, si le gusta la comida, si se divierte, si sufre. es que, a mi me encanta que esté, que piense, que juegue, pero cuando se pone loca y revolea, ensucia, moja, muerde, no me gusta; porque no sé por qué lo hace ("es un gato, laura"), no sé si es que la trato mal, si necesita algo, si quiere algo, si quiere agua, comida, jugar, mimos, no sé, a veces me doy cuenta, pero no siempre. y no está bueno; aunque sé que nos estamos conociendo. es una nueva responsabilidad, una nueva relación desde cero, un ahí vamos, vos y yo. hola tomasa ^^

por qué no te leo?

- Hola

- hola



y todo queda en esas palabras; que ves cómo se las va llevando el tiempo, consecuentemente con los días, tardes, noches, semanas y meses. sobre todo noches. y qué más da. si cada cual con su vida sigue, cada cual con su rumbo, su espacio, sus personas, y el amor que nace, renace, y jamás se va a estancar en eso que no pudo ser. y pensás en lo que pudo haber sido, aunque eso es cosa del pasado; porque, para qué pensar? si lo que no fue, quedó ahí. y ahí, ahí bien está, digo que sí, y vos también. y sin embargo me pregunto, para qué se te ocurre agarrar y escribir deletreando esa palabra que sabés te voy a responder en la distancia, prudente y obvia distancia.

si ahora yo estoy acá, y me siento, ella conmigo, y de ella no sabés nada; ni siquiera de mí. entonces, es cuando me acuerdo y te digo lo que te digo, y vos sin embargo no contestás, y está perfecto.- hola, hola.

ves el eco, no? ves cómo vuelve a interrogarnos de tal forma? lo ves? yo también.

no pienso jugar más a eso que tanto les gusta jugar; me gusta mi papel, "me gusta" ser yo y estar metida en mí cabeza - aunque estalle de a ratos -, me gusta jugar con colores y sentirlos; pero ellos, ellos no forman parte de eso, ni ellos, menos ella, no ella tampoco; y aquella, cada día me recuerda más a la ella que menos está y existe, cada vez más parecida y llena de sus horrendos matices, de sus caras y gestos y manías - y todo ese tipo de cosas que tanto detesto y rechazo de ella - y no la quiero ver. no quiero ver a nadie, no tengo ganas de estar acá, tengo, sí, acá, en este acá, no ese acá donde están ellos, sobre todo ella y aquella. no los quiero, no son parte de mi paleta, no son parte de mi juego, y no quiero que lo sean, no, no me representan. y ellos - todos - quieren que me una, y yo no quiero, no me hacen sentir cómoda siquiera para eso; no se dan cuenta, o sí, y los días - el día - pasan como si nada, como si en realidad no estuviera acá (ni en este acá, ni en ese acá); y pobre, es tan inútil, ni para eso sirve; no puede encajar más. no quiere encajar más, no pertenece, no.
y los dolores de cabeza se convierten en dolores de estómago, y los vasos de coca se convierten en jugo gástrico que pasa por el inodoro, una y otra, y otra vez, y a mi no me importa porque no me doy cuenta - mentira, me doy cuenta, tanto de eso, como del abuso de las pastillas que le robo - y así es mejor; y al fin y al cabo estamos todos metidos en el mismo juego, pero jugando diferente, las reglas cambian y mi juego particular, es mío y personal, es mío y no de ellos, ni con ellos, ni para ellos; yo juego, ellos juegan, la base es la misma (claro que sí, eso es inevitable), pero no compartimos, mi juego acá, su juego en ese acá. y yo, mejor me quedo acá.