no pienso jugar más a eso que tanto les gusta jugar; me gusta mi papel, "me gusta" ser yo y estar metida en mí cabeza - aunque estalle de a ratos -, me gusta jugar con colores y sentirlos; pero ellos, ellos no forman parte de eso, ni ellos, menos ella, no ella tampoco; y aquella, cada día me recuerda más a la ella que menos está y existe, cada vez más parecida y llena de sus horrendos matices, de sus caras y gestos y manías - y todo ese tipo de cosas que tanto detesto y rechazo de ella - y no la quiero ver. no quiero ver a nadie, no tengo ganas de estar acá, tengo, sí, acá, en este acá, no ese acá donde están ellos, sobre todo ella y aquella. no los quiero, no son parte de mi paleta, no son parte de mi juego, y no quiero que lo sean, no, no me representan. y ellos - todos - quieren que me una, y yo no quiero, no me hacen sentir cómoda siquiera para eso; no se dan cuenta, o sí, y los días - el día - pasan como si nada, como si en realidad no estuviera acá (ni en este acá, ni en ese acá); y pobre, es tan inútil, ni para eso sirve; no puede encajar más. no quiere encajar más, no pertenece, no.
y los dolores de cabeza se convierten en dolores de estómago, y los vasos de coca se convierten en jugo gástrico que pasa por el inodoro, una y otra, y otra vez, y a mi no me importa porque no me doy cuenta - mentira, me doy cuenta, tanto de eso, como del abuso de las pastillas que le robo - y así es mejor; y al fin y al cabo estamos todos metidos en el mismo juego, pero jugando diferente, las reglas cambian y mi juego particular, es mío y personal, es mío y no de ellos, ni con ellos, ni para ellos; yo juego, ellos juegan, la base es la misma (claro que sí, eso es inevitable), pero no compartimos, mi juego acá, su juego en ese acá. y yo, mejor me quedo acá.