tortilla a punto

tengo que hacer catarsis. tengo que decir muchas cosas.
y te estoy hablando a vos; a vos, sí.
a vos que no hacés otra cosa más que repetir cada paso que detestás y das por sentado que "no es lo que vos harías". "que no es lo que vos querés para ella ni para él, ni para mi".
a vos, sí, que te cagás en todo lo que decís, en lo que jurás, en lo que odiás, en ella, en él, en mí. vos pretendés tener el mundo a tus pies? te gusta que se preocupen por vos, qué te pregunten si estás bien, si te hace falta algo (más que nada por ella); te cuento un secreto: a todos, incluso a mi, nos gusta que se preocupen por nosotros, nos pregunten si estamos bien, si necesitamos algo. y vos no lo hacés, y mirá qué casual... antes te quejabas de ello. y lo odiabas. y te molestaba. y te desmayaba.
y no sabés si estoy bien, si estoy mal. directamente no preguntás, ó lo prreguntás como algo normal, de costumbre y sin la importancia que amerita (como yo lo hago con vos, por ejemplo), y te basta una estúpida y fingida respuesta para quedarte en paz con tu alma, y no tener que hacer algo por mi; escuchás esa respuesta como si ni te dieras cuenta. qué raro, antes te quejabas de cómo la gente se hace la boluda con los demás.
hipocresía, la gente es hipócrita al extremo; es normal que se cambie de parecer, de opinión con el paso del tiempo y de conocer y desconocer a alguien que, talvez, apenas conozcamos; pero, da lástima la actuación, y claramente, no es la primera vez que los ves, no es la primera vez que ves cómo son, "sienten" y actúan; es todo por el mismísimo puto interés, del que tanto te quejaste durante tanto tanto tanto tiempo.
me molestan las personas interesadas, y que encima - encima - se dan el lujo de que no pase desapercibido, sino que sea notorio, y asquerosamente notorio. y que digas y pienses eso vos también - supuestamente - , y que actúes con esa persona como si... no sé, como si estuviese tan presente con vos, y se preocupara por vos, y por ella, y que. como si no hubiera un interés de por medio, y lo sabés, y lo sé. me molesta, y por qué? porque me enferma que sean tan así, todos. incluso vos.
es raro, es molesto, es estúpido y me hace muy mal - muy - tener que sacar todas estas cosas de adentro. no sabés nada de mi, siento que no me conocés, y que te importo lo mismo que la mismísima nada. y yo, siempre soy una buena pelotuda que hace, se preocupa, te ayuda, te llama, te ve, te siente, te calma, te caga a pedos. y ya, no sé si fue por eso que pasó, o qué mierda, pero me das asco. me da la sensación que sos cada vez más parecida a ella, la que tanto mal te hace, o te hizo... si total, ahora la pasás bien. aff!
me imagino, que sos igual a la tortilla que acabo de comer; mientras la cocinaba, la di vuelta, así como vos te diste vuelta, como una tortilla, como una media, como una remera que hay que planchar.
y sabés algo más? yo lo amo a él, vos que pensás que las personas no cambian; te vas a sorprender, porque te equivocaste, si alguien quiere, cambia; pero seguramente tu costumbre a que nadie quiera o intente cambiar por vos, te cegó de por vida, y creés que nadie puede.
pero te sorprenderías. y te haría tan mierda, que no querrías juzgar a alguien nunca más. lo tratás como si fuera una mierda de persona, y él no lo es; vos viste lo que se te antojó, lo que te mostraron ellos, uia, mirá qué raro. mirá qué extraño, qué misterioso. vos no sabés confiar en alguien que no conocés, porque sí, es normal que siendo una persona que siempre confía te lleves con patadas, pero prejuzgar tanto, y tan cortante, da lástima; hasta dan ganas de no querer conocerte a vos.
yo lo amo, y no es ningún sorete de persona como pensás; desconsiederado, bueno, si hablamos de ese tema la erraste, porque así siento que estás siendo vos conmigo; y ahora no le dirigís la palabra, y sin embargo, por más que pienses lo que pienses, y que tenga pleno conocimiento, va igual a tu casa; se queda compartiendo cualquier cosa con vos. te das cuenta lo mal que estás actuando? ni siquiera por mí lo hacés.
me das ganas de odiarte y darte vuelta la cara. ni siquiera por mí te das el tiempo de ver las cosas como realmente son; de ser quien realmente sos. de cómo estás actuando, ni de cómo se comportan los demás con vos.
y la verdad, que, como toda tortilla, cuando sentís que te quemás, que se te va todo a la mierda y no tenés de dónde agarrate, ni la pensás, y te das vuelta.